En la cara lleva tatuada una sonrisa burlona, espeluznante, cínica. Además están sus ojos, sin brillo, marchitos, apagados. No lleva espejuelos, no los necesita aún, es muy joven. A su diestra se acumula un montón de papeles y a duras penas es posible distinguir su rostro por encima de ellos.